Por:
Luisa Ivone Restrepo C.
Comunicaciones y Prensa
comunicaciones@cpc.org.co

Para hablar de la historia del deporte paralímpico colombiano, es necesario recordar a Pedro Mejía, quién en el año 1980 en Arnhem, Holanda, se convirtió en el primer medallista de oro en Juegos Paralímpicos en la historia de Colombia. Pedro fue precursor de la era de éxito del deporte adaptado del país y hoy, a 40 años de ese hito, la memoria sigue fresca para recordar a un imPARAble que abrió la puerta a la grandeza del paralimpismo tricolor.

Nacido en la capital del Valle del Cauca, Cali, Pedro llegó a las piscinas para transmitir la alegría y tenacidad colombiana, y fue eso lo que demostró en Holanda al colgarse una medalla de bronce y una de oro, cosa que recordará siempre pues, “eso es algo que nunca se olvida”, afirma.

A raíz de un medicamento durante la gestación, ni el fémur ni la tibia de la pierna izquierda de Pedro se desarrollaron, por lo que el médico le dijo a su familia que el niño nunca iba a caminar. Esto no fue así, pues Pedro José no caminó, sino que corrió, nadó e hizo historia.

A los 9 años a su vida llegó un deporte que, como amor a primera vista, lo conquistó para comenzar su práctica, sus habilidades coincidieron con la disciplina y por 16 años logró nadar hasta que se topó con los Juegos Paralímpicos, que en aquella época se conocían como Juegos Olímpicos para personas con discapacidad, esto catapultó su proceso y le extendió su participación en esta disciplina.

“Antes de esa participación hubo pioneros que hicieron un trabajo con las uñas y así les abrieron paso a deportistas como yo, que en 1980 tuve la fortuna de participar por el país en los sextos Juegos Olímpicos para personas con discapacidad en Arnhem, Holanda”, mencionó Pedro, quién vio como ese año su vida cambiaba.

Colombia venía creciendo en el deporte adaptado, pero fueron las dos medallas de Pedro lo que generó el impulso para que el país fuera creciendo en esta materia, hoy, es un país referente en América y el mundo.

Pedro siguió nadando y se retiró en 1986, después de ser campeón del mundo en Suecia, lugar en donde dejó un récord mundial, oro y una medalla de bronce  en los 100 MTS pecho y espalda, ratificando que es una leyenda del deporte colombiano.

El caleño, quien actualmente lleva 25 años con su propia firma de abogados, le manda un mensaje a los jóvenes que quieren surgir en el deporte, “la única manera de llegar a los lugares de podio es a través de mucha disciplina, trabajo y concentración, ese lugar representa un momento en la vida, pero lo que hagan de ahí en adelante con eso que consigan, siempre será lo más importante, así que les digo que se formen y se desarrollen académicamente, que ese deporte sea trampolín para su vida personal y familiar”.

Sin duda alguna la historia de Pedro es inspiradora para la nueva era de deportistas imPARAbles que cada vez suenan con más fuerza en el exterior, pero esto no hubiera sido posible sin que el Para nadador pusiera en lo más alto la bandera de Colombia, ese 1980 fue noticia en cada rincón del territorio nacional y con todas las dificultades del deporte para esa época, logró escribir con letras doradas la historia deportiva.

Con esto, las dos medallas ganadas significaron algo más que unos metales, pues fue el símbolo de que el deporte paralímpico, con gestión, disciplina y trabajo, podría conseguir frutos, precisamente esta es una razón para enamorarse del deporte, “el paralimpismo recuperó la esencia del deporte, el sacrificio, el amor, la dedicación y el querer dejar casi la vida entera en la pista, piscina o en el lugar donde se compite, es uno de los hechos más espectaculares de la naturaleza humana, ya que se está en una de las condiciones máximas de exigencia física, gracias a esos atletas, hoy el Sistema Paralímpico es de los más grandes del mundo”, cerró.

Así, Colombia celebra los 40 años de una participación que cambió la historia del deporte paralímpico en el país, que catapultó un proceso y que logró que esa bandera tricolor luciera con orgullo en la lejanía del exterior, esa historia que no hubiera sido posible crear sin alguien llamado Pedro José Mejía, una leyenda.

Fotos: cortesía Pedro Mejía