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La 10 – Leyendas del Deporte
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‘Nunca tuvo miedo a caer’ es la frase que mejor define el espíritu deportivo del antioqueño, quien desde su infancia conectó con el mundo sobre dos ruedas. Si apenas podía mantenerse en pie, el pequeño infante de la Ceja, Antioquia, subió a una bicicleta con tan solo 3 años. Anduvo una cuadra sin las ruedas auxiliares, una muestra de su tenacidad para soñar por lo alto en el ciclismo.
Si bien el patinaje se interpuso en el camino por un buen tiempo, cuando tenía 12 años el Tour de France y Giro de Italia despertaron la pasión por su primer ‘amor’. “Yo algún día estaré allá corriendo una de esas carreras”, comentó a Hernando Gaviria, su padre y confidente en el mundo de deporte. Así lo destacó El Espectador.
Y como un misil a través del tiempo, en el 2017, entre Tortolì y Cagliari, Gaviria comenzaría a trazar lo que alguna fue un sueño lejano. En la soleada mañana del 7 de mayo, el ciclista colombiano enfocaba su potencial en la tercera etapa del Giro de Italia, ¡sí!, el Giro. El debut era historia y ahora el reto estaba en conquistar su primer podio.
148 kilometros esperaban por el antioqueño. Con el maillot celeste del Deceuninck-Quick Step, Gaviria comenzó a marcar terreno en la competencia que inició en Tortolì, provincia de Nuoro.
A toda marcha, trasegó las llanuras como un cavallino rampante. El buen paso le permitió tomar una leve ventaja del alemán Rüdiger Selig y el italiano Giacomo Nizzolo, sus acerrimos perseguidores. Los flashbacks del velódromo en su tierra natal lo inspiraron a conseguir el primer escalón.
Más de tres horas transcurrieron para el sueño de la maglia rosa. Una gran sonrisa enmarcó el primer capítulo de oro de Fernando Gaviria en el Giro, o de “El Care-mico”, como lo llama cariñosamente su padre.
El ciclista colombiano anhela con seguir la estela de Lance Armstrong, Alberto Contador y Mark Cavendish, uno de los grandes referentes del velocista tricolor.
Foto: Giro de italia 2017. Crédito: Luk Benies